sábado, 30 de agosto de 2014

Noche

En aquel momento el hombre salió a la oscuridad a mirar el cielo estrellado.
Viendo las estrellas reflexionaba sobre su vida.
Conversaba con su alma.
En la inmensidad de la noche su ser salía de lo más profundo de si para hacerle compañía.
En la oscuridad la triste figura del hombre se reflejaba en el cosmos.
Y en aquel momento su alma le dijo: ¿que sucede?
Y el hombre respondió: ya no soy el mismo, algo ha cambiado en mi.
En aquella inmensidad de la noche, bajo aquel cielo estrellado el hombre de triste figura se vio a si mismo.
Y se dio cuenta de que su alma ya no era la hermosa luz que creía.
En aquella noche vio que su alma, él era la noche.
Y la noche con su inmensidad era él.
Sucedió que en aquel momento el hombre de la triste figura ya no supo quien era. 
Mas aquel hombre ya no sabía si existía.
Mas aquella triste figura no sabía si vivía.
Y en aquella inmensidad de la noche el hombre ya no fue hombre y la noche no fue noche.
El cosmos fue testigo.
Y el hombre se convirtió en el cielo estrellado.
Las estrellas en el cosmos se extinguieron.
Aquella noche bajo el cielo estrellado en la inmensidad del cosmos con la profunda oscuridad aquella triste figura desapareció en la realidad.

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