Es bien sabido que varios se han contagiado de esta "infección" y han terminado tan desorbitados como si fueran unos locos de remate, esto es lamentable para las almas de los caídos que padecen esta enfermedad. Pues bien, me he auto exigido tratar de encontrar el germen de esta enfermedad y analizar las cosas y situaciones correspondiente a este cáncer que acaecen a los pobres humanos: el amor. Haré lo mejor posible.
A veces cuando camino por la calle me es común escuchar a una pareja de enfermos diciéndose "mi amor" o en otras ocasiones es común escuchar a uno de los integrantes de la pareja (sea hombre o mujer) decir "mi pololo/a", pues para algunos es corriente esta frase, pero veamos el contenido de estas oraciones. No se si a esas personas que están acostumbradas ha oír esas oraciones son ignorantes o sordas, porque pensemos: "mi amor" ¿es posible que lo que todos buscamos como fin último de nuestras vidas esté encarnado en esa persona en específico? si es así, que Dios se apiade de mi alma por haber dudado de su existencia, pues de ser así todos nos vemos en la obligación moral de poseer a esa persona para ser felices, pues si es el amor que anda entre los mortales. O bien, somos tan idiotas que no sabemos como denominar a la persona amada, que risa me da lo imbéciles que somos como para designar a una persona con lo máximo a que nosotros podemos aspirar en nuestra mediocre existencia. Resumiendo: no podemos atribuir a cualquier humano con el concepto de "amor", pues sería un gran honor para aquel designado dejar poseerse por el resto con la misión de satisfacer nuestras necesidades de estabilidad y felicidad, y todo esto por ser el amor. Permítanme esbozar una pequeña sonrisa.
Ahora bien, cuando se dice "mi amor" a una persona la estamos limitando a nuestra voluntad "apreciativa", pues utilizando la palabra "mi" hemos condenado a nuestra pareja a ser un vil súbdito de nuestros deseos y todo le sucede por creer que esa infección será para siempre, de suerte que si ocurre que ese apasionamiento de aquel poseído por el "mi" del terror será torturado y condenado a hacer feliz su captor/a por el resto de su pobre vida. Si el amor fuera así como lo pintan y pregonan muchos, debería ser más hermoso y pensar no en la felicidad que uno recibe, sino que cuando se está enamorado se debe pensar en la felicidad y en pos del otro, mas lamentablemente ocurre algo muy distinto que lo que debería pasar. Que ocurre: "mi" vuelve a hacer su entrada en escena como el antagonista de esta humillante historia, oprimiendo al condenado a usar ese mi por lo que dure el tiempo compartido, perdiendo su libertad y ser catalogado como mi pareja, que pena.
No cabe duda que cuando se está enamorado se actúa de manera "peculiar" (por no decir descarriada) y he aquí donde postulo que el amor es una enfermedad de índole neurológica: cuando se está enamorado, y reiterando lo mencionado, no se actúa de manera cuerda, en estricto rigor es imposible razonar coherentemente. Por ejemplo: un enamorado debe ayudar a su hermano, pero si hace esto debería ignorar a su pareja por algún inconveniente entre la pareja y el hermano. Que hace el sujeto condenado: se olvida de que alguna vez tuvo un hermano y prefiere no perder a su pareja. Es de vital importancia mencionar que el lazo que hay con el hermano es sanguíneo y por tanto de por vida, en cambio, el lazo de que hay con la pareja es tan inestable como finito; pero el sujeto del ejemplo por preferir a su volátil pareja acaba de perder a su hemano. Es, por tanto, menester confirmar que este sentimiento es una enfermedad neurológica, debido al comportamiento errático. En fin es preferible para el resto de los mortales seguir con esta infección integrado a cada uno en lo más profundo de sus infelices seres; que lindo es el futuro que nos depara. Amén.
Ahora bien, cuando se dice "mi amor" a una persona la estamos limitando a nuestra voluntad "apreciativa", pues utilizando la palabra "mi" hemos condenado a nuestra pareja a ser un vil súbdito de nuestros deseos y todo le sucede por creer que esa infección será para siempre, de suerte que si ocurre que ese apasionamiento de aquel poseído por el "mi" del terror será torturado y condenado a hacer feliz su captor/a por el resto de su pobre vida. Si el amor fuera así como lo pintan y pregonan muchos, debería ser más hermoso y pensar no en la felicidad que uno recibe, sino que cuando se está enamorado se debe pensar en la felicidad y en pos del otro, mas lamentablemente ocurre algo muy distinto que lo que debería pasar. Que ocurre: "mi" vuelve a hacer su entrada en escena como el antagonista de esta humillante historia, oprimiendo al condenado a usar ese mi por lo que dure el tiempo compartido, perdiendo su libertad y ser catalogado como mi pareja, que pena.
No cabe duda que cuando se está enamorado se actúa de manera "peculiar" (por no decir descarriada) y he aquí donde postulo que el amor es una enfermedad de índole neurológica: cuando se está enamorado, y reiterando lo mencionado, no se actúa de manera cuerda, en estricto rigor es imposible razonar coherentemente. Por ejemplo: un enamorado debe ayudar a su hermano, pero si hace esto debería ignorar a su pareja por algún inconveniente entre la pareja y el hermano. Que hace el sujeto condenado: se olvida de que alguna vez tuvo un hermano y prefiere no perder a su pareja. Es de vital importancia mencionar que el lazo que hay con el hermano es sanguíneo y por tanto de por vida, en cambio, el lazo de que hay con la pareja es tan inestable como finito; pero el sujeto del ejemplo por preferir a su volátil pareja acaba de perder a su hemano. Es, por tanto, menester confirmar que este sentimiento es una enfermedad neurológica, debido al comportamiento errático. En fin es preferible para el resto de los mortales seguir con esta infección integrado a cada uno en lo más profundo de sus infelices seres; que lindo es el futuro que nos depara. Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario