Dice el mito que quien la encuentra conocerá su finalidad y la esencia de su vida; todos los mortales la buscamos sin cesar.
Llevo 15 años buscando el objeto por el cual me muevo sin parar, 15 años de infructuoso resultado, 15 años de viajar por el mundo recopilando información acerca de este objeto y sus atributos. Un antiguo amigo me dijo que la voluntad de este objeto me atrae, otro a quien conozco bien me dijo que no debía buscarlo pues sería una empresa defectuosa, mas solo le hago caso a mi conciencia de aventura y de búsqueda. Vamos a por él. Los primeros días de mi viaje fueron extenuantes y en ciertas ocasiones sufridas, en los cuales estuve a punto de claudicar, pero recordé las palabras de mis amigos: sería traumante fallar en esta iniciativa, mas es tanto el deseo que tengo por encontrar este objeto que daría mi vida por tenerlo; de principio no sabía porque lo hacía, sin embargo, al ver a un mortal vanagloriándose de que pudo obtener este objeto mi anhelo aumentó y me dije: por los medios que sea conseguiré la flor de luz.
Debo reconocer que aun no se porque se llama flor de luz, quizás porque sea un objeto maravilloso, quizás porque Dios tomó un poco de claridad del cielo y elaboró una cosa con forma de delicada flor, que se yo; antes mencioné que debido a la búsqueda de la flor he instruido mi conocimiento en pos de este maravilloso artilugio para así poder dominarlo. Es tanto el deseo de la flor que olvidé todo cuanto sabía de la realidad que me rodeaba, olvidé mi hogar, mi familia, incluso olvidé mi nombre y es todo por el conocimiento de la obtención y manipulación de la flor, pero en lo más interior de mi ser sé que encontraré la flor. Debo mencionar que cuando un mortal consigue la flor de luz se trasciende, se inmortaliza y se eleva hacia el infinito; a veces creo y me emociono con la idea de conseguir todos estos atributos para así ser algo mejor, que emoción.
En el constante viaje a través del mundo he pensado en los 15 años de búsqueda de la flor y en cuanto dejé atrás y cuanto he adquirido ahora, concluyendo en que no he perdido nada con esto, es más, he salido ganando ya que he adquirido conocimiento de sobra, pero aun no es suficiente para encontrar la flor. Pronto muy pronto la tendré.
Ahora siento una gran emoción porque un mendigo turco me dio un mapa de donde se encuentra la flor, pero también me dejó intrigado porque mencionó cuando se iba que la flor no es lo que yo espero, bueno haré caso omiso a este comentario; Dios mio, siento que se acerca el final de mi largo viaje y podré ver con mis propios ojos mi anhelada flor de luz.
Siguiendo los pasos del mapa he llegado a un lugar desierto en el oeste de Turquía y ya debe faltar poco porque con todo los instrumentos de búsqueda concluyen que en la cueva que tengo en frente está el fin. Será mejor que entre. Aunque pienso: ¿que sucederá después de que encuentre la flor, se terminará mi devenir, veré el cielo?, mejor no pensar en eso pues estoy a metros del fin.
Llego al final de la cueva y para mi desagradable sorpresa no hay nada, solo un espejo y una inscripción que versa así: "usted esta en presencia de la flor de luz"; estoy confundido y apestado porque lo que me prometieron no se cumplió. Vuelvo a mi tienda y recostado en mi litera pienso concienzudamente sobre la inscripción y el espejo y de repente mi mente se ilumina y comprendo todo el sentido de esta aventura: yo soy la flor de luz, porque a través de los años de viaje y búsqueda adquirí conocimiento de varias artes, varias ciencias; se llama flor de luz porque la erudición es algo tan hermoso como una flor y es tan claro como la luz.
Cierro los ojos con una risa en mi rostro y caigo en un sueño profundo. Debo seguir instruyéndome, porque la flor de luz es muy basta y aun he adquirido una ínfima parte ésta, pero ya estoy cerca de ser luz.
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