¿Que hacer cuando tienes en mente millones de palabras y versos que quieren ser expulsados y no sabes vomitar?
¿Existe algún método de hacer parir la conciencia?
¿Habrá alguna guía de auto ayuda para expeler aquello que sobra en la imaginación?
Durante la trayectoria de mi historia he ido acumulando sinónimos y antónimos de la misma palabra que aun no poseyéndola, la conocía.
Mil años de sucesos sobre mis hombros con acumulaciones de oraciones, siglos de palabras desconocidas para la realidad, mas solo compañero viajero.
El cráneo estalla imaginariamente de tanto absorver aquello que no quiero saber.
¿Cómo hacer para eyacular aquello que me sobra pero que a la vez me falta en mi discernimiento?
Universos creados por un mismo ser que realmente no existe mas solo en el olvido de oraciones aun no relatadas.
Dar a conocer esos sistemas de versos y composiciones anhelo, pero por mis limitaciones no puedo.
Miles de mundos unidos por un mismo vocablo en un idioma universal que solo mi Yo conoce.
Conciencia es lo que me sobra y me falta, palabras y oraciones, versos y trovas es lo que abunda.
Exceso y carencia, en quinientos años de soledad hay y falta.
Quieren salir y después se esconden, con el miedo de desaparecer por inentendibles ser.
Universos irreales en otros idiomas se expresan, he aquí el enigma que yo contesto con veracidad.
Aquella veracidad que no sale de mi conciencia por terror a no ser bien explicado, por pavor a no ser comprendido.
Miles de soluciones en mi.
Miles de soluciones oigo y las mías quedan en el olvido.
Cientos de buenas nuevas.
Cientos de buenas nuevas escucho y las mías... a las mías nadie les interesa.
Escucho, oigo, comprendo, atiendo; no soy escuchado.
Versos al por mayor puedo ofrecer, mas no se como proponer.
Recibo y acojo rimas ajenas y las mías se oprimen contra las paredes de mi cráneo implosionando.
Escucho.
¿Alguien me puede oír?