martes, 12 de marzo de 2013

Amigo Imaginario

De aquí a un tiempo los ojos del mundo podían ver mi semblante y burlarse de mi figura endeble, mas a mi no me importaba pues me era desconocido su pensamiento; en tiempos inmemoriales corría como el viento de aquí para allá y le pintaba la cara al mundo en tono de broma, mas a éste no le importaba y en comunión conmigo nuestro regocijo se escuchaba a través de los tiempos sin importar el murmullo de mis otros compatriotas de este hábitat. Flotaba a través del tiempo y del espacio sin importar romper alguna ley de los hombres, siempre flotaba en compañía del mundo... hasta ahora.
Cuando ya iniciaban mis ratos de locura compartida me disponía en busca del mundo, mas éste no respondió mi llamado, solo divisé su enorme espalda y su fría voz con tono de rechazo pero con cierto atisbo de antiguo cariño diciéndome: querido, ya no más; corría como el viento, le pintaba su cara, flotaba en el espacio-tiempo pero ahora ya no tiene sentido todo esto sin su grata compañía. Era visible gracias a que habían unos ojos que podían verme y era real porque había una mente que creía en mí, mas ahora mis compatriotas pasan de largo sin percatarse de mi existir y yo les hago señas diciéndoles ¡eh, estoy aquí! ¡he, no me ignoren! pero ya era demasiado tarde.
Varios instantes estuve meditando el por qué nadie me veía: ¿acaso había muerto? ¿acaso hice algo mal para que todos me ignoren? ¿ACASO NUNCA EXISTÍ? y después de varios instantes logré comprender que soy un fantasma, que gracias al mundo yo podía existir, mas ahora sus ojos no se posan en mí, su mente no piensa en mí, ya no acuerda más de mí. Ahora vago de aquí para allá sin oír mis pisadas, sin oír mi dolorida respiración; existía en pos del mundo y para el mundo, mi existencia solo tenía significado si el mundo me definía; si el mundo posaba su atención en mí, el resto de mis compatriotas se percataba de que era uno de los suyos, pero los ojos de mi mundo tienen atención a otro ser...
Vago como un ser transparente, mas no se por donde vago pues pululaba por la existencia del mundo, recorriendo sus surcos y bifurcaciones, habitando en sus más inhóspitos rincones que solo Dios conoce y, por supuesto, yo; pero ahora he sido reemplazado por seres concretos y sólidos que suplen y mejoran en lo que yo era mejor: la compañía.
Ahora solo me queda desaparecer, pues sin ese mundo amoroso que atendía a todas las caricias que le propinaba, a todas las hermosas sinfonías que componía, a los momentos de risa que ocurrían en nuestro quehacer diario; solo me queda desaparecer y volverme invisible.
Adiós compañero...